jueves, 6 de enero de 2011

Brian Kinney y Justin Taylor


Brian Kinney es un hombre arrogante, narcisista y vanidoso que vive por sí, para sí y para su minisí. No se le puede acusar de ser poco honesto porque serlo lo es y demasiado. Su religión es vivir el presente sin excusas, sin disculpas, sin lamentaciones y lo lleva a rajatabla. Es un ejemplo de lo que gran parte del mundo gay es: superficial y egocéntrico, cree que el amor es una excusa que ponen los heteros para follar (y probablemente tenga razón). “Yo sólo creo en follar”, dice convencido. El hombre que parecía incapaz de amar, incapaz de tener una relación, incapaz de sentar la cabeza o de crecer, acabó viéndose lamentando la marcha de alguien a quien sólo creía compañero de cama.

La historia de amor de Brian y Justin es una versión contemporánea del erastés y el erómenos griego. Para aquellos que no estén muy familiarizados con la terminología, en la Grecia Clásica estaban institucionalizadas las relaciones entre un varón adulto y un joven adolescente, generalmente en las clases altas. Esa relación, que marcaba el paso a la edad adulta del joven, incluía también, además de sexo, un componente educativo. Digamos que el joven se beneficiaba de la sabiduría ganada por la experiencia del adulto y éste sacaba partido de la belleza que sólo la juventud puede mostrar.

Brian enseña a Justin, a su manera, a ser el mejor gay del mundo y, al final, no parece ser una mala influencia. El adolescente asustado que deja su casa una noche para salir de marcha por la zona de ambiente acaba siendo un joven independiente que, con un duro pasado, ha conseguido sobreponerse a la adversidad de la homofobia y a los sinsabores del amor. Sí, esta historia de amor es poco convencional y emula, a su manera, ese patrón clásico, pero los problemas contemporáneos son algo distintos. Probablemente nunca en la historia el individuo se siente tan solo con tanta compañía. Desde los fugaces encuentros sexuales con desconocidos a la lucha por los derechos civiles, los homosexuales nunca habían sido en la historia un colectivo y, mucho menos, habían tenido conciencia de serlo ni se habían organizado ni tenían su contracultura. Pero es que la Grecia Clásica no había visto aún muchas cosas: ni la culpa judeo-cristiana ni los movimientos de masas ni las ideologías políticas ni internet... Aunque en el fondo, después de todo, el ser humano sigue teniendo sus miserias y sus grandezas. ¿Cuál es la tragedia del hombre contemporáneo?

Queer as Folk en la Wikipedia

4 comentarios:

  1. Muy interesante el blog! Esta publicación me gustó en particular porque soy prácticamente adicta a esta serie y estoy completamente de acuerdo con el análisis que hiciste. La relación Brian-Justin emula de una manera muy particular a la Grecia Clásica e incorpora temas actuales de una manera que no había visto en ninguna otra serie: VIH, matrimonio y adopción entre gays, leyes contra la homofobia, bullying en los adolescentes, amor y sexo.

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  2. Muchas gracias por comentar, Cami, la verdad es que se plantean temas muy actuales, pero la grandeza de esta serie es que hay muchos temas que son eternos o, al menos, que duraran tanto como dure la especie humana porque son intrínsecos a su naturaleza. Para mí gusto es la versión americana, además, la más completa y profunda en ese sentido sin descuidar escenas cuasipornográficas, lo que la hace mucho más interesante.

    Un saludo.

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  3. me explicaran de que trata??? ya vi el video pero no le entiendo muy bien :)

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  4. Gracias por comentar :)
    ¿Qué es lo que quieres que te expliquemos, Anónimo?

    Un saludo.

    Jose.

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