domingo, 24 de julio de 2011

Cuando se dice respeto, pero no se siente

Hace tiempo ya que mis compañeros de trabajo saben que soy gay. Al menos los que tengo más cercanos, con los que socializo más. De hecho, ya comentaba en una entrada como uno de ellos me dijo que lo respetaba, pero que no lo entendía.

Pues bien, parece que hay parte dos de esa conversación. Una que matiza muy bien de qué clase de respeto estamos hablando, uno que se asimila más a la tolerancia. Hace ya unas semanas le dije que me había enrollado con un tío la noche anterior. Detalle que le di para que supiera por qué no había salido con ellos ni saldría esa misma noche. Ante mis palabras, su cara sólo pudo expresar asco, con un lenguaje verbal tan claro como efusivo. Fue entonces cuando le interpelé: ¿qué pasa?, ¿te da asco? Ante mi pregunta bastante directa, sólo se le ocurrió repetir que lo respetaba, pero que sólo de imaginárselo, era como si su cabeza explotara. No era respeto, entonces, lo que verdaderamente tenía. Más bien, tolerancia.

Sí, me dejaba estar y me dejaba ser como soy, pero no iba a considerarme como a un igual, no iba, por tanto, a tratarme como un igual. Los demás compañeros de trabajo parecen reaccionar con naturalidad si hablamos de detalles de mi vida privada, no así como pasó con éste. La conversación siguió. Quería saber si alguna vez había visto a dos tíos besándose en persona. No me asombró que dijera que no, aunque luego caí en la cuenta de que sí se había dado el caso una vez que salimos juntos por una discoteca de la ciudad donde vivimos.

Es evidente que no es algo completamente nuevo para él. Viviendo en Europa occidental es casi imposible no haber estado alguna vez en contacto con alguien del entorno gay. Pero esa no es la cuestión. No se trata de tener la diversidad ahí sino de qué actitud tienes con respecto a ella. A él nunca se le habría ocurrido poner la misma cara de asco con algún tema de carácter racial. Sin embargo, por alguna razón que transciende culturas y fronteras, una actitud de condescendiente e irrespetuosa tolerancia hacia la homosexualidad y los homosexuales aún no está plenamente desterrada de nuestras sociedades. Es nuestra tarea cotidiana luchar por un respeto pleno: nada mejor que la visibilidad para lograrlo.

4 comentarios:

  1. Sobre este tema yo tenía mis dudas antaño, pero ahora lo tengo bastante claro. Un hetero "puro" y "auténtico" (según la clasificación de Kinsey, sólo un pequeño tanto por ciento de la humanidad, tan escasos como los homosexuales puros) no siente asco ni emoción alguna al ver a dos homosexuales o hablarle de lo que hacen. En realidad, lo que sienten es una absoluta indiferencia. Te diré más, de todas mis amistades las dos personas que han resultado ser absolutamente toterantes con el tema homosexual son dos hombres heterosexuales "puros".
    Así que ... yo sosprecharía :-)

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  2. Jaja. ¿En serio crees que los heterosexuales son tan minoritarios?

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  3. Pues sí, la verdad. Una cosa es el comportamiento oficial, es cierto, la mayor parte de las parejas y matrimonios están formados por un hombre y una mujer. Pero luego están los deseos reales, llevados o no la práctica.

    Dos datos-experiencias:

    En mi lugar de nacimiento hay una playa nudista que se usa para otros menesteres... Los tios van con sus novias o mujeres o parejas, y las usan como cebo para atraer a otros tios. Y luego pasa lo que pasa.

    Cuando mi grupo de amigos supo de qué pie cojeaba yo, y todos éramos "super" heteros,sólo uno no intentó tener un rollo conmigo. Este es el único que sigue siendo mi amigo, a los demás los mandé a la mierda (igual otro se habría puesto las botas jeje pero no fue mi caso).

    Los datos de Kinsey se temieron sobretodo porque arrojaban que la mayoría de la humanidad podría ser bisexual, y que las parejas o matrimonios realmente estables sólo se producian si al menos uno de los miembros de la pareja no era heterosexual. No sé si se siguió investigando el tema, pero supongo que no jejeje-

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  4. Interesante jeje
    Yo aún estoy esperando a ver si alguno de mis amigos heteros me propone royo. Mi experiencia, por contra, es que la heterosexualidad existe como realidad mayoritaria, aunque puedes tener razón en que muchos de esos heteros tienen algunas inclinaciones bisexuales. Por desgracia, las cortapisas culturales, morales y muchos estereotipos dificultan aún que la sexualidad se exprese libremente: la bisexualidad es la gran desconocida y, probablemente, los bisexuales, los que más en el armario están.

    Un saludo.

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