jueves, 9 de diciembre de 2010

El “sex appeal” del amaneramiento

Siempre me he preguntado qué atractivo tienen los hombres afeminados. A mí siempre me han gustado los “heteros” y no porque le tenga manía a los gays sino porque siempre me han atraído (y mucho) los hombres “straight acting” o, en definitiva, los hombres viriles, masculinos. Todos aquellos rasgos que han servido para reforzar esa imagen de virilidad me han parecido siempre muy “sexies”: desde la propia indumentaria que los expertos en moda llamarían, como poco, desfasada, clásica o demasiado hetero hasta los ademanes y las actitudes que denotan fortaleza, valentía, independencia, tenacidad... En general todo lo que ser hombre significa en esta sociedad sexista.

Los hombres afeminados, sin embargo, tendrán su mercado. Quiero decir, habrá gays que se sentirán atraídos por ellos de algún modo porque, de lo contrario, dudo que existiera el afeminamiento y toda su contracultura. Vamos, que la moda está muy bien y ser una diva será fantástico, pero, si así no follaran, seguro que mandaban a tomar viento las últimas tendencias y le ponían un resorte a la muñeca para que no cimbreara tanto. En definitiva, a lo que voy, ¿qué tipo de hombre se siente atraído por los gays afeminados? ¿aquellos más cercanos a la bisexualidad que buscan un hombre más femenino o, simplemente, aquellos activos que buscan echar un polvo fácil sin preocuparse de que les intenten dar por el culo? ¿O ambas cosas o ninguna?

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