Sé que he elogiado en numerosas ocasiones la serie norteamericana Mujeres Desesperadas de Marc Cherry y nunca lo haré bastante por una sola razón: no da una imagen distorsionada o estereotípica de la homosexualidad como el resto de series generalistas sí suelen hacer. El último ejemplo lo tuvimos con el episodio 7 de la nueva temporada, en el que sale a relucir que a Bob le gusta el baloncesto y la cerveza. Gabriel, enojada, se sorprende de que Bob no entienda de moda, etc. Bob es todo un ejemplo de lo que muchos gays, menos visibles que el resto, son y somos, ahí me incluyo. A veces, sin embargo, parece que en determinados ambientes se cuestiona tu propia homosexualidad por ser demasiado straight-acting. ¡Es el colmo! Como si no tuviéramos bastante con aguantar la homofobia, encima tenemos que demostrar que somos gays. Quizás para algunos un bolso y unos pantalones ajustados estarían bien. Claro, que así muchos heteros serían gays.
No hay comentarios:
Publicar un comentario