Glee es una serie generalista de televisión que va por su segunda temporada y que aborda el tema de la homosexualidad en un contexto más general de un Club de canto dentro de un instituto público norteamericano.
En general, el acercamiento es bastante humano en la parte que concierne a la relación de Kurt con su padre y cuando aparecen conflictos con Finn y otros personajes como fruto de la homofobia que se respira en el ambiente. Uno de los momentos más extraño y revelador fue quizás cuando el matón que acosaba a Kurt le besa cuando éste le planta cara. Reveló aquí la serie un aspecto muchas veces olvidado: que la homosexualidad no son todo plumas y carnavales ni divas que van paseando, a riesgo de sufrir las consecuencias, su "alegre" pose. Detrás de la homofobia en muchas ocasiones se esconden gays reprimidos a los que generalmente se les presta poca atención y que son la cara más desagradable del fenómeno de la homofobia: víctimas y verdugos. Gente que, movida por el odio hacia sí mismos que han cultivado desde la influencia de una sociedad heterosexualizante, sufren una existencia infeliz en la que la violencia y el sufrimiento son lo único que aporta sentido.
En uno de los capítulos recientes (el 16), la serie parece dar un paso más en su planteamiento de la temática gay. Ya no sólo trata el rol social del gay "oficial" en un instituto americano o los efectos perniciosos de la represión y la homofobia, ahora se ha dado paso también al romance. Blaine y Kurt, que han venido cultivando una amistad (más bien amor por parte de Kurt), tuvieron en este capítulo su primer beso: un romance que parece a mis ojos tan irreal como los romances heteros de las series, las películas o, yendo a los clásicos, de las novelas. Será que no soy un romántico y que me puede el pragmatismo, pero esa idea de cuento de hadas gay me resulta igual de ficticia, una forma de transmitir una idea del amor alejada de la realidad que envuelve situaciones mucho más complejas, llenas de matices en las que todo no es color de rosa. Veremos en que acaba esta historia de amor. Por mi parte, mis mejores deseos a los amantes, aunque de los guionistas espero un poco más de realismo que aporte un matiz práctico al hechizo de amor de los personajes.
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