La pregunta que siempre se me pasa por la cabeza cuando veo una serie generalista con un personaje gay es ¿qué imagen transmite ese personaje sobre los gays? Y eso es precisamente lo que me pregunté con Glee. Es evidente que la introducción de personajes gays en series dirigidas a una audiencia mayoritariamente heterosexual es intrínsecamente un logro. Hace, al menos, visible un colectivo que siempre ha estado en la sombra del oprobio moral. Sin embargo, esto también puede tener sus consecuencias negativas, por ejemplo, puede transmitir una imagen simplificada y monolítica de la homosexualidad. Lo ideal sería, sin duda, que las series reflejaran la amplia realidad del colectivo gay sin convertirse en una serie de temática LGTB, pero esto parece demasiado pedir. Por otro lado, ¿por qué la mayoría de las veces los personajes gays son afeminados que responden al estereotipo clásico de gay? Es el caso de Kurt, pero no el único. Quizás la excepción sean las series que transmiten una imagen de gay menos convencional, entre ellas, Mujeres Desesperadas, que hace un enfoque muy interesante y sobre el que ahondaré en otra entrada.
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