domingo, 29 de mayo de 2011

Entender la homosexualidad

Uno de los mayores problemas al que tiene que enfrentarse un gay a lo largo de su vida es a la incomprensión. Hace unos días, semanas después de enterarse de que soy gay, un compañero me dijo que lo respetaba, pero que no lo entendía. Él, al menos, era sincero. Supongo que en su cabeza no puede entrar que a mí, un hombre masculino del que jamás habría sospechado ser gay, me gusten los tíos. Muchos, en cambio, lejos de reconocer su falta de comprensión se aventuran a presuponer cosas, a ponerse en manos de los estereotipos y los prejuicios y caen, generalmente, en una profunda insensibilidad fruto de la falta de empatía.

Pero lo que ellos generalmente ni intuyen es cómo se siente el ser diferente, qué pasa por la cabeza de una persona que se siente distinta de los demás, que es distinta de los demás, a la que la cultura general le asigna unos roles que van desde el desprecio de antaño a la frivolidad y la gracia del gay contracultural contemporáneo. Ni ellos ni ellas habrán pensado probablemente como puede sentirse un niño conforme esos sentimientos y deseos crecen en él. El descubrimiento de la propia sexualidad junto con el sentimiento de culpa; el estigma de la marginalidad; el miedo a defraudar a los padres; el miedo a no tener una vida "normal" (con mujer e hijos); el miedo al rechazo y a la incomprensión; esa sensación inenarrable de soledad…. No estoy diciendo que otros seres humanos no tengan distintos sentimientos, algunos compartidos, por diversas razones, pero difícilmente alguien que no sea gay podrá comprender en última instancia qué pasa por la mente de alguien como yo cuando veo a alguien que me gusta, cuando alguien hace un comentario hiriente, cuando alguien simplemente utiliza expresiones populares hirientes que llenan el lenguaje y que crean para nosotros una atmosfera enrarecida e invisible para los demás.

No es fácil ponerse en la piel de nadie, menos aún si sobre esa persona pesa la fuerza de una tradición que sojuzga, discrimina e ignora. Pero más doloroso que todo el peso de la tradición, que la presunción de heterosexualidad, que el heterosexualismo cultural y la imposición de una contracultura que excluye a muchos homosexuales, es la ausencia de conciencia y de ganas de muchos heterosexuales que, lejos de buscar más allá, se quedan con los tópicos y prejuicios al uso, tanto los tradicionales, como los modernos, sin pasar, en ningún caso, de una superficie que convierte nuestra realidad en insustancial, que pasa por alto nuestras historias y miedos vitales y que carece, en absoluto, de una visión integradora. Supongo que aún existe el miedo al hombre sensible.

miércoles, 25 de mayo de 2011

Lewis Hamilton

Hoy toca un poco de Fórmula 1. El corredor británico Lewis Hamilton tiene un plante fantástico. Os dejo con algunas imágenes.



domingo, 15 de mayo de 2011

Jornada internacional contra la homofobia

Cartel de la campaña del Injuve


Mañana es el día Internacional contra la homofobia, una ocasión para recordar que la homosexualidad está aún penada, incluso con la pena de muerte, en algunos países y que, lejos de esos extremos, en otros muchos países la situación de los homosexuales se ve comprometida por la falta de libertad, de reconocimiento público y por la desigualdad en derechos civiles. Pero, más allá de los países que se consideran menos gay-friendly, aún en países más avanzados en la materia se siguen viendo casos de discriminación, de incitación al odio, incluso de violencia que nos recuerdan que la lucha contra la homofobia es una lucha diaria, allá donde se produzcan abusos, allí donde haga falta promover una reforma legal para la equiparación de derechos.

Mapa de la homosexualidad en el mundo:


Expulsan nuevamente a pareja gay en la Feria de Sevilla
En Sentido Contrario. 9 de mayo 2011

En Sentido Contrario. 14 de mayo 2011

En Sentido Contrario. 14 de mayo 2011

miércoles, 11 de mayo de 2011

Pablo Rivero (Tony), sexy en Cuéntame

El último capítulo de la última temporada nos ha dejado una instantanea muy sexy de Tony (Pablo Rivero), que he tenido a bien capturar para el blog. Lo prometido es deuda:

9 de marzo 2011
C-CGAY

domingo, 8 de mayo de 2011

Como lidiar con la salida del armario en el trabajo

Hace un mes y medio empecé a trabajar en una empresa. Yo ya había salido del armario, pero el hecho de no seguir el look gay y de no ser afeminado me avoca a la situación de tener que romper siempre esa "presunción de heterosexualidad", según la cual si eres un hombre masculino, entonces eres hetero hasta que se demuestre lo contrario.

Hace ya unas semanas hablé de todas formas con unos compañeros con los que suelo salir más después del trabajo. Desde mi punto de vista, decirle a alguien que eres gay tiene sentido y es relevante si vas a socializar con ellos o si vas a tener más confianza aparte del estándar y distante trato de un ambiente profesional. Hasta aquí todo fue bien. Ninguna reacción inesperada aparte de la sorpresa. La gente sigue sorprendiéndose porque haya gays que no sigan los patrones culturales que se nos tienen encomendados, a saber, una estética y unas manera determinadas.

Sin embargo, no todo iba a ser color de rosa. El otro día fuimos a cenar un grupo amplio de gente del trabajo, entre los que se encontraban las dos personas que sabían que era gay. Y una chica del trabajo, delante de uno de los que lo sabían y de otra que no tenía ni idea, empezó a hacer comentarios homófobos hasta el punto de que le tuve que decir que tenía que pararla. En esto, me preguntó que "¿por qué?, ¿eres gay?". Y yo respondí "sí". La conversación siguió de forma muy violenta, considerando que ella continuó criticando a los gays por cómo practican el sexo y a dar por hecho que era una elección... Hasta llegó a insinuar la pregunta de si soy activo o pasivo, a preguntarme que si sabía lo que hacen los gays en la cama y que si yo estoy cómodo con eso y si había tenido pareja. Yo no pasé más allá de decirle que por supuesto que sé lo que hacen los gays y que ser gay no es una elección. Finalmente, le dije que no le iba a contestar a lo demás porque no era de su incumbencia. Al final pasamos a otros temas, ella se quedó callada un rato largo (muy inusual en ella) y se fue claramente molesta (entiendo que arrepintiéndose de lo que había pasado).
La noche continuó bien. Hablé con la otra chica que estuvo en la conversación y que me apoyó y con el otro chico que ya lo sabía y que tuvo que confirmar que era gay en el curso de la conversación. Curiosamente, fuimos a una discoteca hetero donde había una fiesta estudiantil y vimos una pareja gay  morreándose, lo que fue muy reconfortante después de la escena tan agresiva que había vivido. Después de este incidente dudo que mucha gente del grupo que fue a cenar ignore que sea gay y, al final, me alegro de haber enfrentado por primera vez comentarios de ese tipo, con los que he tenido que lidiar en silencio toda mi vida, incluso viniendo de mi propia familia, por miedo a ser descubierto y al rechazo.

La homofobia aún tiene lugar en países occidentales y argumentos propagandísticos del tipo de que los gays pueden cambiar y que el sexo anal es doloroso y molesto siguen encontrando su eco. Por suerte para mí, aquella noche sabía que, dado el estado de opinión general, tenía las de ganar. No fue fácil, pero tampoco arriesgado. Al día siguiente, ella actuó con cordialidad conmigo, como si nada hubiera pasado, sin mencionar el tema. Mi pregunta es qué pasará si la homofobia vuelve a abundar en occidente, especialmente de la mano de la inmigración, como es el caso de esta chica, de procedencia subsahariana. ¿Hasta cuándo podremos sentirnos "seguros" los gays? Y ¿cuándo dejará de verse la orientación sexual como algo asimilado y no algo intrínseco en una persona, como el sexo o la raza? Lo que dijo esa chica habría sido impensable sobre alguna raza en concreto. ¿Por qué la orientación sexual sigue siendo una excepción?

miércoles, 4 de mayo de 2011

Sebastián Fernández, más fútbol

Sebastián Fernández es un delantero del Málaga, originario de Uruguay y, para mi gusto, de una belleza despampanante. Desafortunadamente no contamos con buenas imágenes de él, menos aún sin camiseta o con poses sugerentes, pero ya os podéis hacer una idea.





domingo, 1 de mayo de 2011

Royal "Gay" Wedding


James Middleton, hermano de Kate, haciendo la lectura en la boda de su hermana

Algunos en la familia Real británica tienen que estar cagándose en todo, teniendo en cuenta que ya tenemos primera polémica a costa de la nueva familia política. En realidad, es bastante ridículo, algo que no debería pasar, pero pasa. En este mundo de etiquetas, como me recordó un amigo hace poco, todos somos o heteros o gays y parece que muchos se han preguntado si James Middleton, el atractivo hermano de Kate, es gay o no hasta el punto de que una de las sugerencias de Google sigue siendo "James Middleton gay". El buscador da el escalofriante número de 5.9 millones de resultados para la búsqueda de esas palabras claves en la web (y una foto suya en ropa femenina no ayuda, aunque hasta hoy yo he visto muchos heteros disfrazarse de mujer).


Si os digo la verdad, nada más ver a James aparecer haciendo la lectura pensé: "¡joder, quien es este tío tan guapo!" Cuando vi que era el hermano de Kate Middleton, me asaltó la misma pregunta que asaltaría a muchos gays: "¿será gay?". Para pensar inmediatamente: ¡quién lo pillara! Y suspirar acto seguido. Algunos heteros dirán que no respetamos nada ni a nadie, pero, oye, somos humanos y tenemos el mismo instinto sexual.

La verdad es que la boda tuvo otro punto de interés para los gays, aparte de éste, y no, no es el vestido de la novia, que me importaba bastante poco: fue ver a Elton John y su pareja civil en la ceremonia. Todo un gesto que honra al país que más ha exportado la homofobia por el mundo, al país de la Reina Victoria y los puritanos.

Volviendo al tema "quien más me pone en esta boda". Tenemos una foto filtrada de los príncipes William y Harry en calzoncillos*. Un regalo impagable a la humanidad, además de una gran ayuda para desmitificar la monarquía. Una pena que Harry no estuviera mirando a la cámara, pero es lo que tienen estas instantaneas infragantis, que por su espontaneidad son aún más atractivas. Después de todo, ver la boda el viernes mereció la pena. ¡Quién me lo iba a decir!

* Recuérdo que cuando vi la foto la guardé en mi ordenador, pero no la encuentro y tampoco la he visto por internet. Si alguien la consigue y puede pasármela, se lo agradecería.